jueves, 25 de septiembre de 2014

Un torero andaluz

           Ronda, misterio y rejas, viejo burgo roquero,
vio nacer a este mozo; su genio tutelar
fue en su cuna la sombra de don Pedro Romero,
el torero de copla, el héroe de cantar.

Las mocitas de Ronda que le amaron primero
aún esperan al mozo que salió a torear.
¡Ay mocitas de Ronda! El mocito torero
se ha perdido en el mundo como un río en el mar.

No le esperéis transidas como humanas pavesas;
al mocito de Ronda hoy sonríen marquesas
desde palcos que adornan un tapiz y un blasón.

Y las novias de Ronda de las citas primeras
son tan sólo cenizas de apagadas hogueras…
Con el viento del triunfo se le heló el corazón.


                                                                  José del Río

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