sábado, 25 de octubre de 2014

Pase natural de Antonio Chenel, Antoñete

           Las piernas, quietas, fijan lo inminente
del arte, de una atmósfera silente
que va esculpiendo, despaciosamente,
el ritmo y el temblor de su corriente.

Una mano sin tiempo en que desposa
la lentitud que duerme, vuela, posa,
y que devana el alma de la rosa
en una eterna y bella mariposa.

Una estatua en perfil que cita al toro
hurtando el cuerno el alamar de oro
en tanto el aire acopia su tesoro.

Y una ovación que llueve del tendido
sabiendo en ese instante resumido
el prodigio por nadie repetido.


                                                                 Ángel García López

miércoles, 15 de octubre de 2014

Sanlúcar de Barrameda

           Airosa, abanicante, abanderada,
crujiente de peinetas y mantillas,
por ver la mar, se pone de puntillas
torerísimamente peraltada.

Novia a toda acuarela, ensimismada
en los espejos de sus almenillas,
caracola de brisas y cuadrillas,
tersa de lumbre, en garbos alhajada.

Juega en ella la fiesta a rosa y oro,
a pavana de vítores ducales,
a quiebros de relámpagos toreros.

Y en cuanto que a su arena salta el Toro,
la manzanilla tállala en corales
de alegres pasodobles marineros.


                                                                   Francisco Montero Galvache

domingo, 5 de octubre de 2014

El toro de mi frontera

           El toro. El toro
es el tesoro
de la muerte.
Por donde se va, no viene.
Una vez lo tuve en suerte,
y lo tendré de manera
que nunca fue lo que tuve
ni será lo que yo era.
De su cornada no espero
sombra, quietud ni quimera.
¿La sombra, la muerte, el toro?
Aguilar de  mi frontera.


                                                                    Vicente Núñez