con un botijo tiznado,
una espuerta con percales
oliendo a sangra y caballo,
y tres espadas metidas
en un fundón mejicano.
Andas jugando a la vida,
el pensamiento cuajado
en filigranas de plata
y seda color tabaco;
la gorra tirada atrás
y el pitillejo apagado
en esa boca de risa
con dientes de lobo sano.
Cielos de cal y azulejo.
Cerro de nogal y mármol,
en donde dos mariposas
salpican, cabrilleando,
la calle de la
Amargura
de sobresaltos morados.
La madre de los dolores,
menuda y el pelo blanco,
trenza sus manos nudosas
junto al pecho traspasado
por tres rayos encendidos
en remates encarnados:
¡Las tres espadas toreras
de aquel fundón mejicano!
José Carlos de Luna (Málaga, 1890 – Madrid, 1964), poeta y ensayista; también cultivó la comedia.
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