viernes, 25 de marzo de 2016

Al toro (fragmento)

           Como entre el sol y la sombra,
entre el torero y el toro
hay un dios que no se nombra.

*

Sombra sin sombra es la sombra;
y sol sin sol es el sol;
dos abanicos que cierran
y abren la misma ilusión

*

¡Con qué amargura tan honda,
con qué tristeza y qué pena,
se queda la plaza en sombra!
 
*

Se queda la plaza sola,
con su soledad callada,
con su música sonora.

*

¡Con qué silencioso canto
cae la lluvia en el albero
de la plaza, como un llanto!


                                                                   José Bergamín

martes, 15 de marzo de 2016

Pase de pecho

           Ven a mí, toro, imbrica alegremente
los siete naturales que te he dado.
Que tengo en mi vestido arremolado
por tu sangre un suspiro decadente.

Ven a mí, toro, ven pausadamente,
que quiero ver tu cuerno amarfilado
en su buscar inquieto y alocado
la carne de mi cuerpo adolescente.

Pasa el toro en solemne desafío
la cita suicida y desolada
del torero impasible que lo espera.

La tarde, el sol, el viento, el graderío
coronan de laureles al espada
que ha vencido a la muerte en primavera.


                                                                  Benjamín Arbeteta

sábado, 5 de marzo de 2016

Manolete en su muerte

           Ensancha el verso, Córdoba, buscando las estrellas.
¡Nada de romancillos con ángeles toreros!
¡El que ha muerto tenía los ojos pensativos,
como dos pozo negros!

Hay que llorarlo, Córdoba, como pasa tu río
bajo los arcos altos de tu puente, en silencio.
Y hay que estar en su muerte, como él ante los toros,
elegante y sereno.

Nada de romancillos, Córdoba, ni cantares:
un medio tono lleno de tristeza en verso.

Son las siete doradas de su tarde infinita.

Ha dejado el capote de brega, y en silencio,
con un gesto tranquilo de victoria y descanso,
ha tomado el capote del último paseo.

Y se ha marchado erguido, contra la tarde quieta,
de espalda a las rosas, y -por fin- sonriendo…


                                                                 José María Pemán