Iniciar un
natural
y rematar por
adorno
con un giro
helicoidal
recreándose en
el torno
es tan difícil
o más
que el pase
hondo y a compás,
porque es
sorpresa y es flor,
tal que el
toro al dar la vuelta
halla sólo
-burla esbelta-
vaga memoria
de olor.