Tiene los ojos
negros y se llama Pastora,
su alma es
ardiente, como la loca manzanilla;
es la que
canta coplas de una tristeza mora
detrás de las
floridas cancelas de Sevilla.
Es rosa de
pasión que se da toda entera;
cuando anda es
ritmo y gracia su garbo sevillano;
es morena y
dramática como la petenera,
sensual y
atormentada como un tango gitano.
Y en la tarde
de toros, al rematar la suerte,
cuando el
muñeco de oro ha burlado a la
Muerte ,
y estalla la
charanga, y aplaude el circo entero,
mientras pasea
el héroe su española majeza,
con sus ojos
sultanes cargados de tristeza
es la única
que llora, la novia del torero
Emilio Carrere