la geometría cálida del lance:
medio pecho ofrecido antes del cite,
el desmayo en la mano que torea,
el remate ceñido a la cadera.
La seda que acaricia y que dibuja
el albero y lo aroma con su menta.
El capote minúsculo que inventa
la inesperada curva arquitectónica:
geométrico perfume de la media
y el toro traza el cauce de la albahaca.
Ni reyerta ni música callada:
refutación ingrávida del tiempo
que se duerme, dormido e indolente,
en el vuelo interior de la cintura.
La lentitud, la hondura, la desgana,
la gracia en ese puro ofrecimiento
incorpóreo. Sublime sacrificio
de la pierna contraria, sueño inmóvil,
cuando ya nada importa morirse toreando
con la mano muy baja y la muñeca rota
en mitad de la suerte dormida y vencedora.
Delirio de campanas por Sevilla,
lujo de la fragancia del romero.
Vertical majestad de las pirámides.
Faraónica cumbre del toreo.
Francisco Romero López, conocido como "Curro Romero" (Camas, Sevilla, 1933), torero.
ResponderEliminarSantos Domínguez Ramos (Cáceres, 1955), poeta.