miércoles, 25 de junio de 2014

Los subalternos

           Porque sonó la hora -¿por qué sonó la hora?-
hemos salido al sueño de la plaza.
El mundo es un redondo abrir de ojos.
El miedo se nos sube a la garganta.

Cruzan los matadores como rayos
felices. Como dioses. De sus capas
llega un aire de triunfo que ya nunca
tocará nuestra frente con su ráfaga.

Ningún sol brilla en este adorno mate
de pasamanería desgastada.
Borrosamente vamos y la pena
hasta la misma sangre vuelve pálida.

-¡Eh, toro! Ayer casi felices
por las dehesas. Casi niños. Cambia
la suerte -¡eh, toro!- aún para peores
quiebros. La suerte va siempre cambiada.

Ahora otros niños, como entonces -¡toro,
eh, toro!-, con su rojo y con su espada
de palo, mendigando entre turistas
ricos, por carreteras blancas.

El mundo es un redondo cerrar de ojos.
El miedo es una sed en la garganta.
Hambre con hambre -¡eh, toro!-. Niño, espera.
Hemos salido al sueño de la plaza.


                                                                   Leopoldo de Luis

1 comentario:

  1. Leopoldo Urrutia de Luis, más conocido como Leopoldo de Luis (Córdoba, 1918 – Madrid, 2005), poeta y crítico.

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