¡Cómo pacen los toros lentamente
por el cerrado
la menuda hierba!
¡Cómo andan
tranquilos
con perezosa
majestad de atletas!
Y de pronto se
paran:
con pupilas
serenas
mirando al
horizonte
los bravos
toros quedan,
y sienten en
la sangre
el celo y la
querencia…
Después, con
paso tardo
recorren la
pradera;
cogiendo van
los húmedos manojos
de florecillas
tiernas.
No se oye ni
un bramido
en la muda
extensión de la dehesa:
¡es la paz
angustiosa
que precede a
la sangre y la tragedia!
En la calma
solemne de la tarde,
¡qué misterio
de fuerza,
qué profunda
quietud en el cerrado,
y qué augusto
silencio por doquiera!
¡Qué ansiedad
temerosa
el paisaje
magnífico despierta!
De la laguna
al borde, solitaria,
se yergue la
cigüeña.
¡Tienen los
bravos toros, mientras pacen
bajo el sol,
una magnífica belleza!
Y con los
duros cuernos,
de hincarlos
en la tierra
en los
momentos de coraje ardiente,
revestidos de
flores y de hierba,
¡parécenme
sagrados
toros que van
a una pagana fiesta!
Felipe Cortines Murube (Los Palacios, Sevilla, 1883 - Sevilla, 1961), poeta de tendencia modernista. Destacan sus poemas centrados en el motivo del toro.
ResponderEliminar